domingo, 13 de octubre de 2013

La Meditación en Infantes



Desde tiempos muy antiguos nuestros antepasados han establecido una relación intima con la naturaleza, lo cual les permitió  obtener información relevante para poder sobrevivir y prosperar. Ellos nos recuerdan la simpleza de la meditación como sentarse y observar una flor.

Con el paso de los años, y el avance de la tecnología y la modernidad los niños buscan este espacio delante de la televisión, del computador o del celular, trayendo aparejado con esto muchos desordenes, principalmente el perder la conexión con la propia riqueza interna, con la creatividad.

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Por otra parte, este ritmo de vida tan rápido y plagado de estímulos está trayendo consecuencias a nuestros niños en diversos planos que nos hace preguntarnos si es esta la dirección que queremos dejar a nuestros hijos y nietos. Así un viejo arte, que sucedía en el transcurso de la cotidianidad comienza a reclamar su espacio, el arte de detenerse. Y es que con el hecho de detenernos, comienza un aprendizaje de reconocimiento de lo que nos ocurre, dando espacio para la creación y manifestación espontanea, reconocimiento y creatividad.
 

Pensamos que los niños se pueden aburrir, pero no hay que olvidar el vasto mundo interno que tienen los niños y que es necesario desarrollar así como también el que se mantengan actualizados con el rápido avance de la tecnología, no siendo esto último lo único a desarrollarse.  Y es que cuando llegamos a ser adultos y no tenemos ni idea que es lo que nos pasa, ni que es lo que nos gusta, vamos de un lado a otro sin rumbo, buscando experiencias que nos permitan conocernos, pero esta vez sobre la marcha. En este sentido, el desarrollo de la meditación o del silencio con nuestros niños les permite realizar un viaje hacia lo más esencial de cada uno de ellos, permitiéndoles conocer y desplegar los potenciales que se encuentran en cada niño y que muchas veces educamos de sobremanera no permitiendo su salida, sin reconocer esos potenciales que se encuentran en bruto y que cada niño y persona trae.

Ya son muchos colegios de Santiago, los que se encuentran implementando estas miradas y formas de trabajo con los niños por medio del uso del yoga y la meditación, ya que permite una mejor integración del niño en su aprendizaje, y así también en la relación con sus pares y profesores. Por otra parte, al hacer uso de este arte de la meditación los niños encuentran unos minutos para conectar con su corazón y escucharlo, despertando su propia inteligencia y desarrollando su atención en el momento presente. Pueden encontrar respuestas a cuestiones que les preocupan.

¿Cómo establecen esa conexión los niños? ¿Es posible?

Para responder estas preguntas primero tenemos que saber a que nos referimos por meditación. La meditación no es nada más que nuestra capacidad natural de focalizarnos, dirigir la mente y estar plenamente consciente del momento presente. Hay que considerar que esto ocurre en etapas y en distintos grados, además de variar en profundidad y forma de persona a persona, es por esto que establecer esta relación es toda una aventura nueva en cada ser humano.

Permitamos situarnos como si nos encontráramos en una sala de un cine viendo una película y tomamos conciencia como espectadores de una película. El facilitar esta observación y contacto favorecería un nuevo estado de equilibrio y armonía consigo mismos, y por consecuencia con su entorno.

Con niños lo podemos hacer por unos minutos, y ellos mismos van a ir pidiendo aumentar los tiempos si así lo necesitan. La meditación aunque sea por unos minutos, permite ir desarrollando la tranquilidad y relajación en los niños, pudiendo responder mejor a cualquier estimulo o requerimiento del medio, siendo muy útil en niños con hiperactividad o déficit de atención.  Niños de cualquier edad la pueden realizar, lo importante es el cómo.

¿Cómo se enseña a un niño a meditar?

Les puedes enseñar o incluir en sus actividades, como un momento para descansar y dejar ir. Puedes hacerlo por ejemplo, antes de irse a dormir, antes de hacer tareas, cuando están cansados, etc. ¡Les gusta mucho! Lo importante es que de acuerdo a la etapa que se encuentre viviendo, sea atractiva y divertida la forma en que se lo planteas.

Con los niños se recomienda una práctica regular de 2 veces a la semana, con el fin de poder evidenciar mejoras notorias.  Cabe mencionar que esta práctica puede ser propiciada mediante un acompañamiento en los distintos estados y dinámicas que ellos tienen jugar, contar cuentos, y también darse un momento para estar en silencio y meditar en compañía de otros, atención a los sentidos por ejemplo por medio del arte, aprendizaje en la propia respiración, identificación de sentimientos y emociones y de visualizaciones creativas.

Un punto no menos importante es que los niños necesitan la guía y acompañamiento de un adulto que amorosamente les instruya.

Luego de cada práctica  casi tan importante como la práctica misma es la integración en el trabajo con niños, preguntándoles como les fue, si alguien vio algo especifico o sintió algo especial de manera que pongan en palabras sus sensaciones y así se ayude a ampliar el repertorio de experiencias y registro de emociones.

Felicidad y bienestar

¿Les ayuda meditar para que nuestros niños sean más felices?

La idea de la felicidad que comúnmente los adultos manejamos, suele llevar aparejada la admiración, la atracción, la preferencia, la evaluación y finalmente algún tipo de satisfacción o beneficio implícito. Al ver a un niño vemos que estas relaciones no son necesariamente la causa de su felicidad, en este sentido la felicidad del niño aparece de forma más espontanea y genuina.  Se trata de una felicidad que como estado de consciencia late desde la identidad esencial, una felicidad que trasciende el sentimiento y la emoción y que en los niños cuando se dan las condiciones la encontramos de manera más burbujeante.

Por tanto, podemos aportar enormemente en generar los espacios tanto externos como internos para que los niños puedan desplegar y desarrollar sus distintas habilidades y recursos, de manera que esto les ayude a sortear los distintos momentos de su vida con mayor flexibilidad por ejemplo, al ingresar a nuevos contextos, en sus relaciones y consigo mismo, favoreciendo a su bienestar.
 
Rocío Delanoe C.
Psicóloga Cesana

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