lunes, 15 de abril de 2013





En la Edición de Marzo hablamos  acerca de la importancia de la formación de Hábitos de Estudio en niños y adolescentes, y este mes entregaremos algunos tips de modo de lograr un estudio efectivo.
En primer lugar, ¿Qué es el estudio efectivo? Son todas aquellas técnicas de estudio o de organización del tiempo que conllevan a que el tiempo utilizado para enfrentarse a las tareas y materia sea utilizado adecuadamente.  Pero por otra parte, no se espera (y no se desea) que los niños aprendan de memoria los contenidos, sino que aprendan a involucrarse activamente en su proceso de aprendizaje. Es decir, que “aprendan a aprender” es uno de los principales focos cuando se habla de un estudio efectivo en el tiempo.
A continuación, les entregamos dos analogías para comprender cómo apoyar a niños en sus estudios.
El Cerebro como “músculo”: Se dice que “los niños son como esponja” porque absorben fácilmente el conocimiento. Sin embargo, más allá de todos los estímulos a los que están sujetos los niños día a día, lo importante es aprender enfrentarse adecuadamente a la vorágine de información para posteriormente organizarla adecuadamente. Por lo tanto, es necesario:

  a) Alimentarse adecuadamente: Aunque es cada día más sabido que los alimentos afectan a todo el cuerpo, a algunos padres les cuesta reconocer cuáles son los que aportan a nuestro cerebro para que rinda mejor. En primer lugar, es importante mantener nuestro cuerpo hidratado, por lo que se recomienda tomar agua antes de estudiar (no bebidas, puesto que contienen azúcar en su mayoría). Además se recomienda el consumo constante de vegetales y frutas que contienen vitaminas y anti-oxidante, además de alimentos ricos en Omega 3, 6 y 9 que se adquieren a través del aceite de oliva, palta, pescados y frutos secos.


     b)Entrenamiento para el cerebro: Los primeros procesos del aprendizaje son la atención y la concentración. Por una parte, la atención implica percibir voluntariamente un estímulo del ambiente (ya sea visual, auditivo, olfativo, etc) y la concentración implica lograr voluntariamente que la atención se sostenga en el tiempo.
Algunos padres aluden que sus hijos pueden pasar “horas en el computador”, pero no se concentra en sus tareas. Esto sucede porque no están acostumbrados a llevar el proceso de atención de modo voluntario a una actividad que no le parece tan interesante. 
Algunos consejos para estimular la atención y la concentración se pueden lograr de modo muy lúdico: Buscar diferencias entre dibujos, dibujar, pintar, buscar personajes en libros, escuchar detenidamente una canción, percibir atentamente un gusto u olor, pintar con colores según número, armar torres con naipes o piezas de madera. Todas las actividades en que el niño pueda pasar un lapso de tiempo atendiendo un solo estímulo serán un entrenamiento para su cerebro.
Del mismo modo, la memoria es otro proceso involucrado en el aprendizaje. Es por ello que debemos ejercitar el cerebro para que logre almacenar cada día más información. Los repasos diarios son formas para ayudar a fijar con los contenidos de modo que no se transformen el olvido. Otras formas lúdicas tales como jugar al memorice, recordar elementos de una película que recién hayan visto (¿cómo se llamaba el personaje?, ¿De qué color tenía el pelo?, recordar hitos importantes de la vida de los niños ayudan a que los niños se ejerciten.

       c) Descansar: Si pensamos en el cerebro como un músculo, si este se encuentra trabajando por largas horas, se podría agotar. Lo mismo sucede con el cerebro. Niños y niñas requieren de tiempos para el ocio, para detenerse en medio del estudio y por sobre todo las horas de sueño pertinente. Durante la noche se consolidan los aprendizajes, pero además la falta de descanso pueden conllevar a un estado de fatiga que no permitan prestar atención y concentración durante el día.



El cerebro como “Biblioteca”: Si entráramos a una biblioteca desordenada, nos costaría encontrar el libro que buscamos, e incluso nos cansaríamos en el acto. El conocimiento, al igual que una biblioteca debe organizarse y para ello existen distintas formas:
     a)      Asociar ideas: Se considera que alguien aprendió acerca de un tema cuando uno logra asociar ideas o conceptos. Por lo tanto, cuando uno se enfrenta a un nuevo conocimiento es más fácil asociarlo a uno previamente adquirido y desde allí deducir otras ideas. Tal como si organizáramos el conocimiento a través de estantes temáticos.

     b)      Esquemas: Para niños más grande resulta muy útil aprender a organizar la materia dentro de esquemas. De este modo, no solo se logra a organizar y repasar el contenido, sino que se refuerza el recuerdo a través de estímulos visuales.

    c)       Organización del conocimiento: Tal como computador que registra todos los títulos y autores, uno puede organizar la materia de distintas formas para recordarlas mejor. Las memotecnias son un método lúdico y útil. Ejemplo de esto son la organización de distintos conceptos en una sola frase (Ej: Rojo, Azul, Naranjo, Amarillo se organizan en RANA) e inventar canciones y rimas (¿Se te ocurre alguna canción que incluya los elementos químicos?)


Estos son solo algunos concejos. En los próximos números abordaremos más técnicas para “Aprender a aprender”.

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