Repitencias Escolares:
Qué actitud tomar frente a estas situaciones
Habitualmente cuando un
niño o niña repite, se genera una crisis familiar en torno a este evento, y
algunos padres mencionan sentirse desorientados respecto a la actitud que
deberían tomar.
Antes que todo, es
importante mencionar que ningún niño repite porque sea “flojo”, o “porque él
quiso” sino que existen múltiples factores que podrían conllevar a que el
alumno o la alumna requieran cursar nuevamente el año escolar.
Un primer factor a
considerar serían las dificultades cognitivas (relacionadas con la capacidad
del niño para aprender) dificultades específicas en el aprendizaje (ej:
problemas en el razonamiento numérico, de la lecto-escritura, entre otros.)
dificultades emocionales o sociales ante los cuales también se deben tomar
medidas inmediatamente.
Es por eso que detectar
cuál o cuáles fueron los factores dentro de la repitencia de un niño es
primordial para tomar una buena decisión. En ocasiones, esto conlleva consultar
a especialistas como psicopedagogos, psicólogos y/o neurólogo para descartar
variables. Son ellos los que luego de una evaluación podrían dar luz de una de
las dificultades mencionadas anteriormente
y entregar indicaciones específicas para que el niño o niña logre nivelarse al
año siguiente.
Otras causas podrían ser
la falta de hábitos escolar, establecimientos claros de límites y normas o
falta de estrategias de estudio los cuales no deben ser atribuidos directamente
al niño.
Sea cual sea la causa, la primera actitud que debiese
tener los padres es comprender que el principal afectado es el niño o niña,
quien además de enfrentar a perder a sus compañeros de curso y amigos en
ocasiones podría percibir que “fracasó en sus estudios” lo cual genera un impacto
negativo en su autoestima. Posteriormente se recomienda que se aborde el tema
como familia para llegar a un consenso en cómo se abordará el tema, llegando a
un acuerdo además lo que se le transmite y explica al niño o niña. Si es
necesario, se deberá asistir a un especialista en vacaciones de modo que el
niño comience el año escolar con sugerencias curriculares específicas y para
que los padres sepan como apoyar tempranamente.
Es importante mencionar
que una evaluación exhaustiva por parte de un psicólogo o psicopedagogo toma
alrededor de 4 a 5 sesiones, por lo que si se comienza en marzo, podría llegar
el mes de abril sin haber tomado las medidas necesarias.
Por último, se deberán tomar acuerdos y realizar
compromisos en torno a quienes apoyaran al niño o niña durante el año escolar.
Aspectos a considerar podrían ser: quién llevará al niño/niña al
psicopedagogo/psicólogo; quién será el apoderado encargado de tener reuniones
para evaluar avances con los profesores y quiénes tendrá la responsabilidad de reforzar al niño/niña realiza en sus
estudios.
En relación a los cambios
de colegio habitualmente no tiene un impacto en la adquisición de aprendizajes de contenidos mínimos, por lo
cual debiese ser la última opción a tomar.
Ana María Gallardo
Psicóloga
CESANA
Psicóloga
CESANA
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