jueves, 29 de noviembre de 2012


Repitencias Escolares: Qué actitud tomar frente a estas situaciones


Habitualmente cuando un niño o niña repite, se genera una crisis familiar en torno a este evento, y algunos padres mencionan sentirse desorientados respecto a la actitud que deberían tomar.
Antes que todo, es importante mencionar que ningún niño repite porque sea “flojo”, o “porque él quiso” sino que existen múltiples factores que podrían conllevar a que el alumno o la alumna requieran cursar nuevamente el año escolar.
Un primer factor a considerar serían las dificultades cognitivas (relacionadas con la capacidad del niño para aprender) dificultades específicas en el aprendizaje (ej: problemas en el razonamiento numérico, de la lecto-escritura, entre otros.) dificultades emocionales o sociales ante los cuales también se deben tomar medidas inmediatamente.
Es por eso que detectar cuál o cuáles fueron los factores dentro de la repitencia de un niño es primordial para tomar una buena decisión. En ocasiones, esto conlleva consultar a especialistas como psicopedagogos, psicólogos y/o neurólogo para descartar variables. Son ellos los que luego de una evaluación podrían dar luz de una de las dificultades mencionadas anteriormente y entregar indicaciones específicas para que el niño o niña logre nivelarse al año siguiente.
Otras causas podrían ser la falta de hábitos escolar, establecimientos claros de límites y normas o falta de estrategias de estudio los cuales no deben ser atribuidos directamente al niño.
Sea cual  sea la causa, la primera actitud que debiese tener los padres es comprender que el principal afectado es el niño o niña, quien además de enfrentar a perder a sus compañeros de curso y amigos en ocasiones podría percibir que “fracasó en sus estudios” lo cual genera un impacto negativo en su autoestima. Posteriormente se recomienda que se aborde el tema como familia para llegar a un consenso en cómo se abordará el tema, llegando a un acuerdo además lo que se le transmite y explica al niño o niña. Si es necesario, se deberá asistir a un especialista en vacaciones de modo que el niño comience el año escolar con sugerencias curriculares específicas y para que los padres sepan como apoyar tempranamente.
Es importante mencionar que una evaluación exhaustiva por parte de un psicólogo o psicopedagogo toma alrededor de 4 a 5 sesiones, por lo que si se comienza en marzo, podría llegar el mes de abril sin haber tomado las medidas necesarias.
            Por último, se deberán tomar acuerdos y realizar compromisos en torno a quienes apoyaran al niño o niña durante el año escolar. Aspectos a considerar podrían ser: quién llevará al niño/niña al psicopedagogo/psicólogo; quién será el apoderado encargado de tener reuniones para evaluar avances con los profesores y quiénes tendrá la responsabilidad  de reforzar al niño/niña realiza en sus estudios.
En relación a los cambios de colegio habitualmente no tiene un impacto en la adquisición  de aprendizajes de contenidos mínimos, por lo cual debiese ser la última opción a tomar.


Ana María Gallardo
Psicóloga
CESANA

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