¿Cómo afecta la separación de los padres a los niños?
“El quiebre en la cotidianeidad de las relaciones es lo que
tiende a ser lo más doloroso para cada uno de los integrantes de las familias
cuyos padres deciden separarse. Debemos considerar que las relaciones se
construyen en el día a día, con gestos que no solo expresan afecto y cuidado,
sino que además a través de ellos, se transmite parte del proyecto de familia
que esa pareja tenía. Cuando este proyecto de familia es débil en términos de
escasa profundidad afectiva, podría ser causa de separaciones. De tal forma, el
duelo experimentado por los niños, niñas y adolescentes cuyos padres se
separan, tiene que ver con el quiebre en esos gestos cotidianos, a través de
los cuales, los hijos iban proporcionando un sentido a sus propia vida y
aprendiendo además a confiar en las relaciones.
Muchas veces, es el padre quien deja la casa y ese espacio
común que encarnaba esos gestos, afectos y proyectos. Sin embargo, en la medida
que tanto el padre como la madre, tengan la capacidad de experimentar el duelo
y replantearse un nuevo proyecto de cuidado hacia sus hijos, ya no desde
parejas, si no sólo en su rol parental, es posible que se puedan resignificar
esos espacios de encuentro, y tanto hijos como padres, puedan redescrubrir nuevas
formas de relación. Lamentablemente, en la mayoría de los casos que se observan
separaciones conflictivas, los padres recurren a instancias como Tribunal de
Familia para que se regulen las visitas y el cuidado de los hijos. Lo último
podría ser aún más revictimizador para los hijos según lo que he observado en
los niños que llegan a consultar.
Otro escenario luego de la separación podría ser que no se
produjeran instancia en la que se les explique a los hijos los motivos de
esta, por lo que los niños podrían
comenzar a responderse a sí mismos las
preguntas que les surgen. Respecto a la figura
del padre con quien se pueden ver disminuidas las instancias de contacto
cotidiano, la vinculación se puede ver interferida por estas fantasías o
idealizaciones que distorsionan la visión y/o relación con esta figura”.
¿Qué sucede con los niños cuando alguno de los padres lo
pone en contra del otro?
“Me parece que en una separación y la toma de decisiones que
implican, las responsabilidades compartidas juegan un rol fundamental. Lo
preocupante es cuando existe la dificultad para hacerse cargo de la
responsabilidad que cada uno tuvo en que ese proyecto familiar finalmente no
resultara, y se tiende a externalizar completamente la culpa en el otro,
polarizando el escenario y las relaciones. En este contexto, la situación de
los niños es bastante compleja a nivel psíquico y en términos del desarrollo de
su identidad, pues podría ser que se aliaran con una u otra figura parental, y
visualicen la situación de una manera distorsionada lo que puede hacer que
generen ideales de pareja, de ser padre o de ser madre erróneos que luego en el
futuro podrían interferir en el momento en el que decidan establecer una
relación de pareja o al momento de ejercer un rol paterno o materno.
En este sentido, es importante permitir la experimentación
del duelo que implica la separación en cada uno de los niños de manera
individualizada, sobre todo en los casos de hermanos, donde cada uno de acuerdo
a su historia, edad y rol en la familia tienen su manera particular de
vivenciar esa crisis. Por ello, es central la capacidad de los padres para
reconocer la individualidad de los hijos en el proceso, y ser capaces de
empatizar con la experiencia de estos, pudiendo diferenciarla de la crisis de
pareja de la cual ellos debiesen hacerse cargo”.
¿Cómo debiera un
papá llevar esa separación difícil cuando las opciones de poder estar cerca de
sus hijos se ven limitadas a horas y
días específicos?
“Generalmente me
toca escuchar a hombres que van a ser padres y que comentan lo difícil que es
para ellos vincularse con sus hijos a diferencia de la madre, ya que desde su
perspectiva, ven como las mujeres desde un inicio tienen la experiencia de
cambios corporales que les permiten ir reconociendo a su hijo con pequeñas
señales que los padres no pueden experimentar de manera directa y constante.
Desde el origen entonces se aprecia como el ejercicio de la paternidad es una
tarea que tiene su propia particularidad, y que tiene la belleza de que se va
construyendo en función de las características de la relación y de la
disposición que se tenga a establecer una vinculación con su hijo, siendo parte
del embarazo y adoptando un rol activo en este proceso que se inicia en el
periodo de gestación, pero que trasciende para toda la vida. Es así como me
parece que si bien implica una limitación artificial el sistema de regulación
de visitas a días y horas específicos, en la medida que la profundidad de la
vinculación entre padre e hijo se haya dado de manera segura, esta relación en
este contexto se dará de manera más fluida.
Sin embargo,
cuando se recurre a la intervención de organismos como el Tribunal de Familia u
otros profesionales que evalúen para determinar las características de la
relación directa y regular, esto implica que los adultos a cargo no pudieron
resolver el conflicto sin requerir de intervinientes, por lo que se puede
asumir que hay temas no resueltos entre los padres, con el riesgo que
interfieran en la armonía de la vinculación establecida ene se contexto”.
¿Qué pasa con la
crianza de los niños por parte del papá si cuando los ve se da cuenta que hacen
y dicen cosas que él no está de acuerdo y mucho más no puede hacer pues al día
siguiente o ese mismo día debe entregárselos a su madre?
“Este tema tiene
que ver con la comunicación y la confianza que pueda establecer la pareja
parental que ya no tienen una relación de pareja como hombre y mujer, si no que
ahora se debe dar un proceso de resignificación de este vínculo. En este
proceso, cabe destacar que es común escuchar hombres y mujeres muy dolidos por
sus procesos de separación, y si a eso le sumamos la dificultad para
experimentar el duelo, es un proceso aún más complejo.

Primero se debe
pasar por un periodo de decantamiento, de expresión, procesamiento y búsqueda
de apoyo ya sea en la red familiar y/o amigos, del mismo modo buscar apoyo
profesional especializado si se requiere. Este es un proceso, y como tal
requiere su tiempo, luego de ello, se podrá generar la resignificacion del
vínculo y podrá restablecerse la confianza que favorezca la comunicación para
que como padre y madre puedan coordinarse en la crianza de sus hijos. De ser
así, es posible plantear desacuerdos en relación a los niños, realizar
peticiones, distribuir funciones y/o poner límites en algunas situaciones. Lo
anterior, siempre y cuando no se utilice esta coordinación como una forma de
demandar al otro como expareja en relación a temas de su propia historia de
separación que aún no se encuentren resueltos. En general es común que se den
procesos difíciles, pero cuando se activan los recursos para poder recibir
ayuda y reconocer que los hijos podrían estar siendo dañados, se observa que
los padres adquieren motivación para
poder procesar la separación y provocar un cambio real en conductas que
interferían en que se pudiese producir una readaptación a los nuevos estilos de
relación”.


En este número quisimos abordar un aspecto ante los cuales
los padres constantemente dicen sentir un dolor invisibilizado. Es que no es
menor el número de padres que frente a una separación conflictiva expresa que
su principal temor consiste en que “no nos dejen ver a nuestros hijos” o “ver a
los hijos sólo los sábados y perdernos todo lo que sucede entre medio”. Es por esto
que conversamos con René Reyes Pradenas -Abogado de Familia- para aclarar
algunas dudas respecto la situación de los padres cuando se enfrentan
Desde el punto de vista legal, ¿Cuáles son las principales
problemáticas a las que se enfrenta la familia cuando los padres se separan?.
“Desde el punto de vista legal la principal problemática sin
lugar a dudas es el tema de los alimentos y del establecimiento del Régimen de
Relación Directa y Regular. Lamentablemente el quiebre de una pareja
normalmente genera situaciones emocionales que son conflictivas al interior de
la misma, y muchas veces ello hace que se confundan las obligaciones legales
que los padres tienen para con sus hijos, usando incluso éstos derechos más
bien como herramientas de presión o de venganza en contra del otro miembro de
la pareja.
En lo que dice relación con los alimentos, la Ley tiene un
régimen principalmente orientado a la protección de los menores, pero
lamentablemente nunca a nivel de tiempos es lo suficientemente efectiva para dar
una solución inmediata real, a éste tema. No hay que desconocer que cuando los
padres viven juntos, normalmente son dos los ingresos que contribuyen al
ingreso familiar y se complementan el uno con el otro; pero, con el quiebre
ésta situación se altera y por el lado de quien se hace cargo del cuidado
personal de los hijos nace la necesidad de costear sus propios costos y los de
la manutención de los menores y por el otro lado nace también la necesidad de
mantenerse y costear sus propias necesidades; lo que necesariamente acarrea una
merma del presupuesto familiar.
Con relación al Régimen de Relación Directa y Regular, en
cambio, el problema lo tiene el padre que no se queda con el cuidado personal
de los menores, ya que debe de adaptar sus tiempos a efectivamente poder ejercer su derecho de
ver los hijos y de participar en su crianza, pero ya no viviendo con ellos. En
relación a éstos dos temas, es súper complejo que las parejas entiendan que
ambos corren por cuerda separada y no se relacionan el uno con el otro, o
explicándome mejor, no es condición, por ejemplo, que haya alimentos fijados o
cumplidos, para el cumplimiento del régimen de relación directa y regular”.
Específicamente, ¿Cuáles son las principales dificultades
por las que atraviesan los padres de familia luego de una separación?
“Aparte del tema emocional que lleva implicada una
separación, las dificultades, principalmente radican en el reordenamiento del
presupuesto familiar, como así también en lograr un régimen de relación directa
y regular con respecto de los hijos. El sistema está diseñado en orden a
proteger los derechos del menor, por lo que en pos de éstos muchas veces los
intereses de los padres pasan a segundo plano. A lo anterior, se suma el hecho
de que normalmente es el padre quien hace abandono del hogar común, por lo que
con mayor razón le es difícil el poder mantener presencia con sus hijos con sus
hijos y cumplir con su obligación de participar en su educación y crianza.
Otra dificultad, que yo calificaría la más compleja, ocurre
cuando es el padre quien solicita el cuidado personal de los menores, basado
principalmente en la inhabilidad de la madre para ejercerlo; lo anterior,
radica principalmente en el hecho que el sistema está diseñado bajo la
presunción de que es la madre quien es apta para ejercer el Cuidado Personal de
los hijos y le corresponde al padre probar lo contrario; esta situación de
plano es compleja y en cierta medida injusta ya que coloca al padre en una
posición beligerante con relación a la madre, con quien debe compartir la
crianza y educación de los hijos y a su vez, coloca a éstos en una
situación vulnerable en la cual pueden
ser objeto de presiones o abusos, que a su edad es bastante difícil de
manejar”.
¿Hoy en día, crees que es equitativo el sistema respecto de
los derechos de los padres y derechos de las madres?
El sistema en su esencia aboga en la equidad de derechos
entre padres y madres, pero lamentablemente la aplicación del mismo hace que la
madre se vea más beneficiada y protegida por la legislación. Creo que es un
tema más bien de praxis que de normas legales, ya que el padre tiene derechos
en la legislación y que puede ejercerlos. Existe un proteccionismo mayor hacia
la madre de los hijos, pero dada la estructura social que tenemos, la encuentro
justificada, muchas veces es la madre la que deja de trabajar o baja sus
proyecciones laborales en pos del cuidado de los hijos y consecuencialmente
baja su capacidad económica, lo que necesariamente gatilla una situación de
desprotección, pero que a mi juicio se ha exagerado en la aplicación de ésta,
llegando a ser casi imposible a los padres acreditar hechos que le permitan un
régimen de relación directa y regular más expedito o un cuidado personal de sus
hijos.
Desde su punto de vista y específicamente puesto que en este
mes hablaremos de temáticas relacionadas con la paternidad, ¿Cómo se puede
apoyar a padres que están pasando por separaciones conflictivas?
“Fundamentalmente dándoles Asesoría desde un inicio, con el
objeto de que logren conocer y comprender de cuáles son sus deberes y derechos
cómo asimismo cuales son las consecuencias que tendrá el incumplirlos. Muchos
padres, con el objeto de evitar un impacto mayor a sus hijos, no reclaman
demasiado respecto de la fijación de un Régimen de Relación Directa y Regular,
o a sabiendas que se dan los supuestos para solicitar un cuidado personal, no
se atreven a hacerlo. No hay que desconocer, y en ese sentido siempre he sido
majadero, que estamos en presencia de un quiebre emocional, del término de un
proyecto de vida que genera frustraciones, emociones complejas de manejar y en
una situación así es muy difícil que una pareja logre separar aguas, por lo que
primeramente se debería de apoyar a esos padres desde ese punto de vista; ya
que a la larga ese conflicto repercute siempre en los hijos. Con respecto a los
alimentos ocurre la misma cosa, en algunos casos muchos padres se desentienden
de la manutención de sus hijos, generando un impacto en el grupo familiar
bastante nocivo, como también en otros casos, que no son los menos, asumen una
carga económica que va más allá de las reales necesidades de los menores y que
sobrepasa la capacidad económica de éstos, lo que a la larga se convierte en
algo igualmente nocivo y que en algunos casos, lleva a pérdida de capacidad
crediticia y a una imposibilidad de cumplir con sus obligaciones alimentarias a
la larga”.
¿Qué respaldos existen actualmente para apoyar a los padres?
“Fundamentalmente los padres tienen la posibilidad de solicitar un
régimen de relación directa y regular, el cuidado personal de sus hijos y la
rebaja de los alimentos cuando las condiciones económicas que se tuvieron en
cuenta al fijarlos han cambiado. En los últimos años se ha notado un mayor
aumento de necesidad de los padres de ser protegidos y defendidos, ellos mismos
piden que sea regulado por un tribunal el régimen de alimentos por ejemplo y
asimismo, están más preocupados de cómo se está desarrollando el proceso de
crianza de sus hijos, lo que ha gatillado igualmente en un aumento de las
demandas de cuidado personal.
Siento que
los respaldos están, pero lamentablemente la práctica es la que exagera en
cierta medida la protección a la mujer, sin analizar mucho más allá las
probanzas que pudiere tener el Padre. Igualmente el colapso del sistema ayuda
mucho a que no se revisen en un 100% los antecedentes y que en pos de la
“Economía Procesal” y la no acumulación de procesos, muchas veces
lamentablemente nos encontramos con resoluciones no afortunadas”.
¿De qué se trata la Ley Amor de papá? ¿Cuál sería el
respaldo que entregaría a los padres?
“La
ventaja de éste proyecto de Ley yo la veo desde un punto más bien de revelar la
intención del legislador de establecer una igualdad entre los padres en cuando
a los derechos y obligaciones que éstos tienen respecto de los hijos. A grosso
modo no difiere mucho de lo que tenemos actualmente, a más de hacer incapié en
que es deber de ambos padres el velar por la integridad física y psíquica de
sus hijos. En donde se genera un aporte es en la creación de causales para
entregar al otro padre el cuidado personal y fundamentalmente respecto de lo
que estaría contemplado en el Art. 225 inciso 2° del Código Civil letra c) que
implica contemplar como causal la deformación de la imagen de los progenitores
en el menor, creo que es un gran aporte y otorga a los abogados un argumento
sólido que robustecería enormemente la posición del padre en un juicio de
cuidado personal.
Con
respecto a que se vea entorpecido el régimen de relación directa y regular, es
un avance igualmente el considerarlo como una causal de pérdida del cuidado
personal, pero al relacionar éste con los alimentos, a mi juicio se está
retrocediendo, toda vez que no se debe de confundir ambos conceptos y el
derecho del padre que no tiene el cuidado personal del menor a tener una
relación directa y regular con éste, debe siempre correr por cuerda separada
del derecho de alimentos, ya que de lo contrario se está desconociendo el
interés superior del niño y focalizando en problema en un punto netamente
económico; con lo anterior caeríamos en el Absurdo de “te pago si me dejas
verlo “ o “Si me pagas lo vez”, lo que obviamente no beneficia en lo absoluto
al menor”.
Desde tu punto de vista, cuáles actualmente las necesidades
visualizadas para que se genere esta Ley.
“La
necesidad principal del porqué nace ésta reforma, radica principalmente en el
reafirmar los conceptos de igualdad entre los padres y en el reconocer que la
responsabilidad del cuidado y de la crianza de los hijos es una responsabilidad
compartida y no solo de uno de ellos”.