lunes, 25 de noviembre de 2013

La educación como un camino hacia la reflexión

¿Qué queremos decir cuando hablamos de educación?

En el presente artículo se quiere hacer un llamado a padres y profesores a reflexionar en torno a la educación, para esto nos preguntamos ¿Que queremos decir cuando hablamos de educación? Para realizar este artículo, proponemos una definición de educación que vaya más allá de la definición formal e institucional, basándonos en las ideas de Huberto Maturana, proponemos que la educación es un proceso de transformación constante de niños y adultos que se lleva a cabo fuera y dentro de la sala de clases, este proceso de transformación se basa en la convivencia, es por esto que ocurre en el ámbito relacional, dentro de este proceso tanto niños como educadores cambian y se influencian mutuamente.

 Para Humberto Maturana la educación es  "el proceso en el cual el niño o el adulto convive con otro y al convivir con el otro se transforma espontáneamente de manera que su modo de vivir se hace progresivamente más congruente con el del otro en el espacio de convivencia”. El educar ocurre, por lo tanto, todo el tiempo; de manera recíproca, como una transformación estructural contingente a una historia.
Además la educación configura el mundo en el cual vivimos, ya que tiene efectos en el niño y el adulto a largo plazo que se reflejaran en la sociedad en la cual estamos inmersos.
Es por esto que es sumamente importante entender la educación como un proceso integral y no sólo como lo que sucede dentro de la sala de clases o en el establecimiento educativo, sino como el proceso mediante el cual la persona llega a ser quien es en su vida adulta. Por medio de la educación, un niño se convertirá en un adulto que se respeta a sí mismo y respeta a los otros.


¿Qué mundo quiero?

Humberto Maturana propone que para educar  debemos preguntarnos primero ¿Qué mundo quiero? El autor responde esta pregunta manifestando que quiere un mundo en el que sus hijos crezcan como personas que se aceptan y respetan a sí mismas y al resto, un mundo en el que no se niegue al otro. La educación para Maturana debe ser un espacio de convivencia en el que la negación del otro es un error detectable que se quiere corregir.

Para lograr la aceptación del otro primero debo aceptarme a mí mismo...Para ayudar a un niño a amarse y respetarse a sí mismo debemos comprender que un niño no es superior a otro porque tenga una mejor conducta o mejores notas. Para Humberto Maturana "todos somos igualmente inteligentes" porque la inteligencia tiene que ver con la plasticidad conductual ante un mundo cambiante ¿Cuándo se dice que una persona es un ser inteligente? Cuando muestra una conducta capaz de cambiar según las circunstancias. Tenemos distintos gustos, preferencias, vivimos distintos cursos emocionales en nuestra historia".
Es beneficioso para la educación de los niños hacerlos entender que a pesar de que puedan tener conductas inapropiadas serán aceptados y amados para que ellos puedan sentirse legitimados y no se sientan negados en su relación con los educadores (padres y profesores), ya que un niño que no se acepte estará constantemente negándose y buscando ansiosamente lo que no es.


Es importante que padres y profesores logren demostrarle al niño que lo aceptan y lo respetan a pesar de todo, para que él pueda sentirse amado y validado, reafirmando por lo tanto, su autonomía y autoestima y finalmente podremos lograr una sociedad que acepta y respeta a todos quienes la integran.