Halloween (contracción
de All Hallows' Eve, 'Víspera de Todos los Santos'), también conocido
como Noche de Brujas o Noche de Difuntos.
Es una fecha religiosa que cada día
se ha transformado en una verdadera “fiesta” y que se está manifestando a
pasos agigantados en nuestro país desde hace pocos años.
Niños y adultos disfrutan de esta
jornada buscando y vistiendo atuendos terroríficos para “asustar” y conseguir
más de alguna golosina.
Halloween está asociado a los colores negro,
naranja y morado, por lo que implica que durante esa noche – hoy en día-
miles de hogares están tapizados de esos lúgubres colores para festejar más que
el día de los difuntos, el día de los dulces y sobretodo el pasearse en grupos
luciendo y estrenando disfraces aterradores.
En Chile cada día es más común
encontrarnos con niños entusiasmados buscando atuendos, jóvenes organizando
fiestas del terror y adultos aceptando salir con sus pequeños a pedir - casa
por casa - alguna golosina.
En referencia a esta fecha, la Psicóloga Ana María Gallardo nos cuenta que
en sí, “las festividades de Halloween
no son buenas o malas, sino que depende del significado que tiene para cada
familia. Para ciertas familias relacionadas con algunos grupos religiosos,
estas festividades podrían ser una ofensa a sus creencias y valores, y por ende
sentirse transgredidos cada vez que se le impone un tipo de ritual que dista de
lo que juzgan como correcto o no.
Del mismo modo, tampoco es positivo
que Halloween remplacen
festividades religiosas como “El día de todos los santos” o el “Día de La Iglesia
Evangélica y Protestante” las cuales son más relevantes en términos de rituales
que tienen un fuerte transfondo cultural que se han transmitido de generación a
generación”. En este sentido, asegura Ana María,”la celebración de Halloween
implica que como sociedad respetemos la diversidad de creencias, pero que
además tengamos la capacidad de recordar cuáles son nuestras prioridades
respecto a los valores que como familia queremos transmitir”.
Para otras familias, las
celebraciones de Halloween no tienen mayor relevancia ni choca con sus valores.
En aquellos casos, quienes quieran tener una jornada distinta, es positivo
verlo desde el punto de vista de una actividad en la que como familia se ponen
de acuerdo para adornar sus casas o puertas, escogen atuendos en conjuntos y se
disfrazan padres e hijos para luego salir con grupo de amigos a buscar dulces.
Por otra parte, es curioso cómo en algunos sectores capitalinos se juntan
vecinos reviviendo de alguna forma la vida de barrio que es cada vez menos
común, asegura la Psicóloga.
Alejandra I. Bustos Andrade
Encargada de Comunicaciones
Cesana
Encargada de Comunicaciones
Cesana